viernes, 5 de diciembre de 2008

No puedo ahorrar ahora...





ADOLESCENCIA
NO PUEDO AHORRAR AHORA… Todavía soy joven y estoy estudiando. Cuando termine la carrera y empiece a ganar, entonces ahorraré.

PROFESIONISTA JOVEN
NO PUEDO AHORRAR AHORA… Soy demasiado joven para pensar en eso. Apenas estoy viviendo la vida, hay que disfrutarla.

LOS TREINTAS
NO PUEDO AHORRAR AHORA… Tengo hijos pequeños y muchas responsabilidades. Debo de pagar el crédito de la casa. Cuando gane un poco más ahorraré.

LOS CUARENTAS
NO PUEDO AHORRAR AHORA… Gasto mucho en educación. Los gastos de las escuelas son muy altos, y apenas mi hijo mayor entró a la Universidad. Los costos están por las nubes. Y si ahorro no salgo de vacaciones.

LOS CINCUENTAS
NO PUEDO AHORRAR AHORA… Las cosas no han sido como pensaba. No hay oportunidades de ascenso, y me temo una liquidación anticipada. No puedo renunciar y empezar una nueva carrera. Apenas y me alcanza. Algo se presentará y entonces ahorraré. Además quiero ayudar a mis hijos en sus Bodas y para que inicien un negocio.

LOS SESENTAS
NO PUEDO AHORRAR AHORA… No creí que me fueran a despedir. Creí que las cosas iban a mejorar. Estoy cansado y debo de acabar de pagar la hipoteca y ocuparme de otros pagos. Supongo que las cosas son así. Ojalá que pudiera ahorrar para no sentirme obligado a trabajar.

LOS SETENTAS
NO PUEDO AHORRAR AHORA… Soy demasiado viejo para ahorrar. El cheque del Seguro de Afore sencillamente no me alcanza. Me molesta ser una carga para mis hijos. Ojalá hubiera ahorrado.


Mucha gente con las mejores intenciones nunca parece resolver sus asuntos oportunamente.

sábado, 11 de octubre de 2008

jueves, 9 de octubre de 2008

10 Soluciones a tu Crisis Crediticia

NUEVA YORK — La crisis crediticia es un problema que no aqueja solamente a los países, también a las finanzas personales.

Muchas personas están teniendo dificultades para pagar sus facturas y mantenerse al día ante el aumento en los precios, por lo que su deuda crece. Tan solo en Estados Unidos, la Reserva Federal informó que la deuda del consumidor asciende a 2.58 billones de dólares.

¿Cómo va la tuya?

El primer paso es reconocer y admitir que tienes un problema de deuda, luego podrás enfrentarlo. Una pauta para conocer tu nivel de deuda es calcular la relación deuda/ingreso.


La deuda no debería superar el 20% del ingreso anual, incluido el préstamo para pagar el auto y las tarjetas de crédito. Por ejemplo, si tus ingresos son de 400,000 y debes 100,000 en tarjeta de crédito, es señal de que debes preocuparte.

También deberías fijarte si mes a mes haces malabares con las facturas porque no puedes pagarlas todas. O si últimamente has tenido que pagar recargos por mora. Por último, revisa el saldo de tus tarjetas. Si al menos una de las tarjetas de crédito ha llegado al límite, entonces tienes un problema.

Los expertos en finanzas aconsejan seguir estos 10 pasos para salir de deudas y modificar el estado de tus finanzas personales:

1. Visión general. Los expertos sugieren que antes de intentar sanear tus finanzas, primero consideres el estado general, en su conjunto. Reúne todas tus facturas y las deudas pendientes (tarjetas de crédito, hipotecas, préstamos para financiar estudios, para comprar coches, préstamos personales y bancarios), identifica con exactitud cuánto debes en cada rubro. Haz una lista que incluya el nombre del acreedor, el pago mensual, el saldo pendiente, la tasa de interés, la fecha de vencimiento y el límite de crédito para cada préstamo.

2. Paga primero las facturas más importantes. Si tienes qué elegir entre las deudas pendientes, dale prioridad a aquellas que son necesarias para cubrir los básicos, como salud, casa, alimento y transporte.

3. Llama a tus acreedores. Si no has cumplido con los pagos, tu acreedor puede ayudarte a esbozar un plan de pago, reducir la tasas o reducir el monto mensual a pagar, o incluso no aplicarte recargos por morosidad. Intenta negociar una tasa de interés menor, pues si estás pagando el mínimo mensual, lo más probable es que los intereses te estén comiendo vivo. Aunque no lo creas, algunos acreedores están dispuestos a bajar la tasa de interés si les explicas tu situación. Otra opción es buscar una tarjeta de crédito o una hipoteca que ofrezcan tasas más bajas.

4. Transfiere saldos. Si en una tarjeta de crédito tienes altas tasas de interés y un saldo corriente, considera transferir ese saldo a otra tarjeta que cobre tasas más bajas. Algunas tarjetas ofrecen 12 meses sin intereses al transferir saldos. Esa es una buena oportunidad para pagar tanto como puedas por encima del mínimo mensual y reducir la deuda. Sin embargo, la mayoría de las tarjetas cobran una comisión del aproximada del 3% por transferir saldos, así que busca una que cobre una tarifa adecuada. La cantidad que ahorrarás en el pago de intereses compensará enseguida esa comisión.

5. No uses tarjetas. Si sientes que estás ahogado en deudas de tarjeta de crédito, deja de usarlas. Cambiar al efectivo o a las tarjetas de débito es una buena forma de mantener tu saldo bajo control, ahorras dinero en intereses y está demostrado que además disminuyes tus gastos.

6. Prioriza tus pagos. Comienza con la tarjeta de crédito que tenga las tasas de interés más altas. Si todas tus tarjetas tienen más o menos la misma tasa, entonces comienza con la tarjeta que más se acerque al límite de crédito. Reducir el índice deuda/crédito mejorará tu historial crediticio. Calcula que el saldo de tu tarjeta no exceda el 30% de tu límite de crédito.

7. Aumenta tus pagos. Intenta pagar más del mínimo requerido, especialmente en tarjetas de crédito. El pago mínimo puede ser tan sólo un 2% de tu saldo, por lo que saldar tu deuda con esa aportación es casi imposible. Por ejemplo, si tu saldo es de 8,000 y la tasa de interés de tu tarjeta es del 12%, pagar mensualmente el mínimo requerido del 2% se traduce en que tardarás 346 meses en cancelar la deuda y pagarás 7,696 sólo de intereses. Por el contrario, si cada mes pagas el 5% de tu saldo, en 109 meses terminarás de pagar la deuda y los intereses sólo te costarán 1,579.

8. Revisa tus informes de crédito. Algunas veces éstos llevan algún error antiguo que disminuye tu puntaje crediticio. Si resulta que hay un error y tu puntaje de crédito resulta mayor al estimado, contacta con tu acreedor y comunícaselo, luego pide una tasa de interés más baja.

9. Pide ayuda. Si no es factible que reduzcas tu deuda y tus gastos, solicita la orientación de un consejero en deudas. Pero asegúrate de que sea la persona adecuada, muchos consultores no podrían aconsejarte si sería conveniente que refinanciaras tu hipoteca.

10. Ahorra. El principal obstáculo para ahorrar no es la falta de medios, sino de disciplina. Comienza apartando una pequeña cantidad de dinero y deposítala en un banco que ofrezca buenos rendimientos o en una cuenta de ahorro.
“Para dormir tranquilo nada te ayudará tanto como saber que tienes un colchoncito para los días difíciles”



www.cnnexpansion.com
09 de octubre de 2008